CARTA A UNA MADRE

Hola, mamá:
Hace ya tiempo que no te escribo pero, a pesar de ello, no pasa un día sin que piense en ti.
Leyendo mi cuaderno de ejercicios he visto que me pedistes en una de las charlas que escribiera todo lo que he aprendido de ti en todo este tiempo. Pues resulta, mamá, que haciendo la meditación del perdón contigo, me he dado cuenta de una cosay es que somos HUMANOS. Durante mucho tiempo nome he permitido mostrar mis emociones por miedo a que las rechacen, las juzguen... tanto a mis reaciones como a mí. Estaba haciendo la meditación y me estab perdonando cunado me sentí la necesidad de liberar ciertas emociones y esque en tu enfermedad nos trajo tantas cosas malas como buenas. Y una de ells es el sentimiento de contradicciones o la tantas veces aparecida culpa; yo te cuidé lo mejor que pude e incluso la enfermedad nos unió mucho más, pero tambien hubo otra faceta de la que nunca he hablado y menos a ti; pues sí, había veces que me cansaba, hasta me hastiaba el llegar a casa y saber que me hiba a encontrar con lo mismo; hacer la cena o la comida darte de comer, darte las medicinas, verte vomitar; verte sufrir, verte adelgazar... no solo sufría viéndote por no poder ayudarte, sino también hubo momentos en los que me cansó tu enfermedad.
El decir esto me angustiaba porque me hacía sentir mala persona, ahora sé que no, pero también quiero que lo sepas tú: simplemente soy humano. Hubiera dado cualquier cosa por que no te hubiera puesto enferma, también quiero que sepas que hubo muchísimos momentos de complicidad, de amor, de entrega, de aprender que tuvimos y que no los cambiaria por nada pero también hubo muchos momentos de cansancio, de hartura, de flaqueo de fuerzas, de rebelarme contra la situación que vivimos.
Ahora sé que son dos caras de la misma moneda y que esto no me hace peor persona. Empiezo a sentir que soy HUMANO y que tenemos que seguir trabajando en esto para integrar y hacer desaparacer por completo ese sentimiento de culpa.
Mamá, te quiero y si acaso puede ser, cada día más.